Estos destinos son mejores en abril que en marzo: anótalos
Porque abril llega cargado de primavera y de viajes.
Ha sucedido: el invierno ha muerto. Y renacemos como flores, despertamos como animales de una larga hibernación, y salimos de las madrigueras para tomar cañas en terrazas y soñar nuevos viajes. El mundo es abundante y complejo, y siempre se pueden encontrar rincones adecuados para lo que buscamos. Con esta primavera en éxtasis, tenemos algunas recomendaciones:
Amalfi, Italia
En la costa italiana, la primavera llega con temperaturas agradables. Los muchos pueblos costeros tienen todo lo que buscamos: buena comida, pocos turistas, silencio y paseos por la playa al caer el sol. Los acantilados amalfitanos quitan el aliento, así como los limoneros, en floración en estas semanas, dejan los sentidos colmados de belleza.
Kyoto, Japón
Si tienes ganas de moverte más, de moverte lejos, de olvidarte de tu vida por un tiempo, Japón es un gran destino, porque en este mes es cuando los míticos cerezos florecen, y la potencia estética de los jardines se desborda. Hay una actividad típica japonesa: los “hanami”, que son picnics bajo los cerezos en flor, como si quisieran formar parte de la estampa más vistosa y tradicional de esta cultura milenaria. El fenómeno de la floración de los cerezos, por cierto, se llama “sakura” y dicen que Kyoto es uno de los lugares donde mejor se puede disfrutar de este espectáculo. Además, y obviamente, ya que estás en Japón vas a poder degustar platos y sabores de una de las mejores cocinas del mundo, una de las más antiguas, una de las más buscadas en cualquier rincón del mundo. Japón siempre es buena idea, sí, pero en abril, más.
Asturias, cualquier rincón de Asturias
Para los que no quieran grandes trayectos, ni aviones, ni muchas horas de ida y vuelta, tenemos un secreto poco secreto: Asturias está cerca, y en Asturias siempre se pasa bien. En abril puedes tener días de calor, días de lluvia, días de frío, así es el norte de España. Pero sea cual sea el clima, Asturias tiene oferta. La costa, posiblemente, más salvaje y escarpada de España ofrece paseos impensables al borde de acantilados, playas aún perdidas y poco transitadas, bosques y hayedos de incontables atractivos y olas, olas hermosas que surfear o admirar desde el chiringuito de turno tomando rabas y bañándote en cerveza. Asturias tiene dos grandes ciudades que visitar. Y tiene una gastronomía de esas que precisan de siesta, paseo y sofá. Llega la primavera y Asturias tiene ganas de recibirnos.
La costa, posiblemente, más salvaje y escarpada de España ofrece paseos impensables al borde de acantilados, playas aún perdidas y poco transitadas, bosques y hayedos de incontables atractivos y olas, olas hermosas que surfear o admirar desde el chiringuito de turno tomando rabas y bañándote en cerveza. Asturias tiene dos grandes ciudades que visitar. Y tiene una gastronomía de esas que precisan de siesta, paseo y sofá. Llega la primavera y Asturias tiene ganas de recibirnos.
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