El túnel que atraviesa las cataratas del Niágara: la mejor vista de este espectáculo natural

En la vida todo es cuestión de perspectiva; lo decían filósofos de la talla de Nietzsche u Ortega y Gasset y también lo cantaban grupos como Jarabe de Palo con su mítico Depende. Y, hablando de mirar desde un lugar diferente las cosas, hoy te descubrimos un sitio desde el que observar las cataratas del Niágara que te ofrecerá una perspectiva inimaginable: un túnel.

Las cataratas del Niágara destacan por ser uno de los lugares que cualquier viajero desea visitar debido a su majestuosidad. Con una caída de más de 50 metros, se distinguen, principalmente, por ser de las más caudalosas del mundo, con más de dos millones de litros de agua cayendo por segundo. Además, se pueden disfrutar tanto desde suelo canadiense como americano.

Niagara Parks se compone de tres cascadas, la canadiense, la estadounidense y la conocida como velo de novia, un salto de agua con una caída vertical de 24 metros hasta las piedras y un desnivel total que sobrepasa los 50 metros.

Nueva atracción

Esta atracción turística, además de ofrecernos una imagen de las cataratas muy diferente a la que estábamos acostumbrados, nos muestra cómo era el funcionamiento de una central eléctrica, con exhibiciones, turbinas restauradas y hasta un espectáculo interactivo que nos hará retroceder en el tiempo más de un siglo.

Además, cuentan con un espectáculo nocturno, Currents: Niagara's Power Transformed, en el que se incluyen proyecciones y una experiencia de luz y sonido que nos sumerge en la historia de la central, con la maquinaria en funcionamiento e interesantes efectos especiales.

A pesar de resultar una visita muy interesante, no hemos llegado a lo mejor. Nos adentramos ahora en el túnel de casi ocho metros de alto y seis de ancho por el que salía el torrente de agua cuando la central estaba en funcionamiento. Recorremos el pasadizo de 670 metros observando las marcas blancas y calcáreas que dejó el agua a su paso. Y, al fondo, se hace la luz.

Salimos a un mirador de 20 metros situado al nivel del agua y que se encuentra casi en la base de las cataratas Horseshoe. La naturaleza grita con fuerza y el estruendo de la caída del agua resulta ensordecedor. Es, sin duda, un enclave mágico para observar los barcos repletos de turistas con impermeables de mil colores, así como el lugar idóneo para tener una foto original y diferente de las cataratas del Niágara.

Ahora que has descubierto este rincón secreto, solo necesitas programar un viaje a las cataratas del Niágara para poder poner un nuevo check a la lista de destinos imprescindibles.