El pueblo de Córdoba que parece sacado de una película Disney

Pasear por sus calles es como sumergirse en un encantamiento del que no podrás salir nunca. 

Un pueblo de Córdoba del que no te querrás ir nunca.
Un pueblo de Córdoba del que no te querrás ir nunca. / Istock / digicomphoto

No hay que buscar mucho para darse cuenta de que Andalucía es, en términos generales, una de las comunidades autónomas más agraciadas de España. Lo es por sus animadas e históricas ciudades, como Sevilla o Granada, que copan siempre las listas de las ciudades más bonitas de España animadas por sus grandes monumentos y por sus calles repletas de vida. Pero Andalucía es mucho más que sus grandes ciudades: son también sus pequeños pueblos, esos a los que no llega tanta gente, pero que ejemplifican a la perfección lo que es un lugar de cuento.

Este pueblo te transportará a las más bellas películas Disney.

Este pueblo te transportará a las más bellas películas Disney.

/ Istock / BackyardProduction

Hay grandes conocidos como Ronda, una de las visitas imprescindibles en una visita a la comunidad, y que bien podría ejemplificar un escenario de la más coqueta y amorosa película Disney. Pero esta vez ponemos nuestras miras en Córdoba, que también aguarda un pueblo que te sumergirá en un hechizo del que va a ser imposible salir (al menos, en tu mente). 

Iznájar es uno de los pueblos más bonitos de Andalucía.

Iznájar es uno de los pueblos más bonitos de Andalucía.

/ Istock / Margalliver

Para encontrarlo debemos sumergirnos en las Sierras Subbéticas, al sur de la provincia, en una zona que limita con las provincias de Granada y de Málaga. No hablamos de otro pueblo que Iznájar, que bien podría ser el escenario de cualquier película Disney que se precie. Aquí, entre extensos campos ondulados de olivos y situado sobre un cerro que domina un gran embalse, es difícil no quedar embelesado con sus casas blancas que parecen colgar sobre el agua. 

Calles mágicas y un castillo de cuento

Pasear por Iznájar es acudir a un espectáculo floral único que, sobre todo, es imprescindible disfrutarlo en primavera. Un espectáculo que se materializa en el Patio de las Comedias, el lugar más fotogénico de este precioso pueblo. Este espacio, que fue en el medievo una alcacería musulmana, es ahora una preciosa plaza llena de macetas de color azul añil en las que se agolpan las flores de colores. 

Patio de las Comedias de Iznájar

Patio de las Comedias de Iznájar

/ Istock / Alberfb

Otra de las postales más icónicas es, también, la de la escalinata que sube a la Torre de San Rafael, con una de las vistas más privilegiadas del embalse del pueblo y con paredes que, como no podía ser de otra forma, están repletas de flores de tonalidades rojas, azules, amarillas, naranjas... 

El embrujo de Izánajar, sin embargo, se consigue perdiéndose por sus sinuosas y estrechas calles. Un relajante elixir que consigue que nos sintamos como verdaderos protagonistas de una película de Disney. Pero todas las miradas se dirigirán a un mismo punto: el castillo que corona la población con imponencia. 

Las calles de Iznájar son un cuento.

Las calles de Iznájar son un cuento.

/ Istock / digicomphoto

El castillo de Iznájar es, de hecho, el que dio nombre a la población. Un prototipo de ‘hisn’ árabe que tiene las características propias de los castillos de ascendencia islámica, que siempre se localizaban en el punto más elevado del territorio para defender las lindes. Este se ha considerado siempre de época emiral, de mediados del siglo VIII, aunque los últimos trabajos de investigación lo datan en el siglo XII. Ahora es propiedad del Ayuntamiento de Iznájar, que ofrece visitas concertadas de martes a domingo a las 12:30. ¡Un imprescindible! 

Vista de pájaro de Iznájar.

Vista de pájaro de Iznájar.

/ Istock / Margalliver

Un entorno natural de cuento de hadas

Visitar Iznájar no es solo acudir a un pueblo de película, es hacerlo también a su entorno: las Sierras Subbéticas, incluidas en la red Europea y Mundial de Geoparques y avaladas por la Unesco desde 2006 debido a su interés geológico. De ellas se sabe que emergieron de los fondos marinos durante el plegamiento alpino, por lo que en las huellas de su relieve se narra la más bella historia de la tierra en sus últimos 250 millones de años. El hombre, ahora, le ha colado cuñas de verde oro líquido: nuestro preciado aceite de oliva.

En las Sierras Subbéticas encontraremos preciosos paseos plagados de olmos, fresnos y álamos que se cobijan cangrejo de río y la musgaña de Cabrera, una pequeña musaraña que en la provincia solo está presente en estas aguas. En sus picos más altos es habitual encontrarse cabras montesas, abanicadas con un paisaje con plantas de porte achaparrado y donde también es posible avistar aves como el trepador azul, el piquituerto o grandes voladores de los cielos como el buitre leonardo, el águila real o el halcón peregrino. 

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