8 hoteles de arquitectos míticos: dormir en una joya del diseño contemporáneo

Hay hoteles que tienen nombre y apellido, hoteles que llevan la rúbrica de los mejores arquitectos del mundo, hoteles que son un laboratorio en el que estos creadores proyectan sus ideas más vanguardistas. Atrevidos, impactantes y únicos en su concepción, su estética y su filosofía, estos hoteles de diseño trascienden a su función de meros alojamientos: son, más que refugios concebidos para la temporalidad, auténticas obras maestras del arte contemporáneo que, como tal, perduran en el tiempo.

Zaha Hadid, Rem Koolhaas, Mies van der Rohe, I. M. Pei, Kengo Kuma y Herzog & de Meuron son algunos de los artífices de estos alojamientos erigidos como piezas únicas y exclusivas, en los que la estancia supone toda una experiencia en sí misma. Porque nada en ellos responde al azar. Desde el tratamiento de la luz hasta la disposición de los espacios, pasando por la elección de los materiales utilizados, la creación de una determinada atmósfera y el simbolismo de los detalles. Absolutamente todo tiene una razón de ser.

Pero más allá de fomentar nuevas tendencias de estilo de vida, también estos hoteles ponen al servicio del arte su marcado compromiso con la sostenibilidad. En este sector tradicionalmente caracterizado por su elevado consumo de energía, sus diseños están orientados a ocasionar el menor impacto posible en el medio que les rodea. Para ello no solo procuran adaptarse al clima y la topografía con vistas a resultar altamente eficientes, sino que además adoptan medidas para reducir la emisión de residuos, promover el reciclaje y (ardua tarea en las grandes ciudades) regenerar la naturaleza en lugar de destruirla. Con su aspiración a que el hospedaje sea cien por cien ecológico, contribuyen a que el mundo sea más habitable.

De Tokio a Florencia, de Róterdam a Chicago, de Dubái a Hong Kong o de París a Nueva York, repasamos una serie de hoteles convertidos en hitos arquitectónicos gracias al talento, el ingenio y la creatividad de sus diseñadores. Solo ellos, que imaginan y crean estos rompedores espacios para dormir y soñar, dan forma a los nuevos gritos del urbanismo en las ciudades del futuro. 

Y también hoteles de alta costura

Una vuelta de tuerca a los hoteles de reconocidos arquitectos la constituyen aquellos otros que llevan la firma de grandes figuras de la haute couture. Diseñadores de moda que imprimen su sello peculiar al mobiliario, lámparas, cortinas y ropa de cama para brindar una estancia de lo más glamurosa. ¿Lujo, elegancia, sofisticación? Sí, pero ante todo estilo y buen gusto, como se puede apreciar en el Armani Hotel de Dubái, emplazado en la parte baja del emblemático Burj Khalifa, donde el mítico Giorgio Armani proyectó su exclusividad.

La misma que encontramos en el Palazzo Versace Gold Coast, en la costa este de Australia, donde Gianni Versace se ocupó desde la cubertería hasta las obras de arte para expresar la exuberancia que corresponde a su marca. Christian Dior, por su parte, legó un derroche de refinamiento en el Hotel St. Regis de Nueva York, a un paso de Central Park, mientras que Christian Lacroix revistió al Hotel Le Notre Dame, en el Barrio Latino de París, con su personalísimo eclecticismo dramático. Otro ejemplo es el de Karl Lagerfeld, que logró devolver el distinguido ambiente a una mansión barroca del corazón de Berlín, reconvertida en el hotel boutique Schlosshotel im Grunewald.

8 hoteles de arquitectos míticos

El arquitecto japonés Kengo Kuma firma el diseño de este hotel emplazado en uno de los distritos más lujosos de la capital nipona. Su huella elegante y minimalista se hace sentir en todos los detalles, desde la belleza abstracta de la entrada hasta el jardín de la azotea.

Con una fachada acristalada de la que cuelga un jardín vertical, este cinco estrellas boutique es el capricho de Philippe Starck para el barrio más elitista de París. En él funde modernismo y Bauhaus, dadaísmo y surrealismo con influencias africanas y asiáticas.

“Innovador y agresivo por fuera, pero funcional por dentro.” Así definió Rem Koolhaas a este hotel de corte futurista, compuesto por un trío de torres monolíticas de acero y cristal en lo que llaman la Manhattan sobre el río Mass. 

Mies van der Rohe diseñó en esta ciudad una icónica torre de 52 pisos y, décadas más tarde, su nieto, Dirk Lohan, la convirtió en este hotel de sofisticación urbana y lujo refinado, en el que descansa una extensa colección de arte. En el vestíbulo, el guiño más claro a su creador.

Fue Foster + Partners, el estudio fundado por Norman Foster, el que insufló una nueva vida a un triste edificio de oficinas gubernamentales. Vinculó el tejido urbano con los espacios verdes, creó una nueva fachada y alumbró espacios translúcidos. 

Nada menos que al eterno Miguel Ángel debemos agradecer la fachada de este antiguo monasterio medieval, hoy reconvertido en un hotel que recoge la stendhaliana belleza de esta ciudad.

Nadie como Zaha Hadid podía inventar un hotel proyectado como un cubo de hielo que se derrite en el desierto. Aunque no pudo verlo terminado, este emirato árabe quedará para siempre agraciado por este rompedor edificio.

La grandeza de la arquitectura contemporánea alcanza otra dimensión en este hotel encajado entre los Alpes, que cuenta con la rúbrica de cuatro gigantes del diseño: Peter Zumthor, Tadao Ando, Kengo Kuma y Thom Mayne.