Esta es la mejor época para conocer Turquía
La florida primavera de Estambul, los paisajes helados de la Capadocia o la veraniega costa turca. Este magnífico país brinda una experiencia completamente distinta en cada estación del año.
Con una rica cultura, una historia milenaria y una espectacular naturaleza, Turquía cautiva en cualquier época del año, aunque, dependiendo del mes en que se visite, su gran variedad de propuestas puede cambiar bastante y, por tanto, también la experiencia que se lleve el viajero. Sin embargo, hay un momento en que este país, localizado entre Asia y Europa, refulge con mayor esplendor.
En verano, las costas turcas son el mejor destino para quienes buscan relajarse y sofocar el calor. Las fabulosas playas de Bodrum o Marmaris, sumadas a la oferta turística de estas localidades costeras, otorgan la perfecta mezcla de sol, relajación y visitas históricas. Estambul, parada obligada para muchos viajeros que se dirigen hacia la costa, cuenta con una animada agenda cultural y numerosos eventos veraniegos.
Los colores cambiantes de la naturaleza otoñal, el clima moderado y las visitas tranquilas hacen de octubre y noviembre dos de los mejores meses para viajar a Turquía.
En invierno, las temperaturas descienden considerablemente, sobre todo en el interior y en las zonas montañosas. Aunque hacer turismo con esta climatología pueda ser impedimento para muchos, aquellos que se animen a descubrir el país en este periodo podrán disfrutar de las chimeneas de hadas de Capadocia cubiertas de nieve, un verdadero paisaje de cuento.
La estación favorita para viajar a Turquía
De marzo a mayo, las temperaturas son más suaves y agradables, permitiendo a los visitantes explorar las maravillas del país sin el frío del invierno o el calor asfixiante del verano. La primavera es un buen momento para explorar la diversidad cultural y natural del país sin aglomeraciones. Desde los parques de Estambul hasta las icónicas formaciones rocosas y las ciudades subterráneas de Capadocia, pasando por otros lugares de gran importancia histórica, como son Troya y Éfeso. Tampoco podemos olvidarnos de Pamukkale, con sus mágicas terrazas blancas y sus aguas termales.
A partir de marzo, los paisajes turcos florecen, dejando estampas de extremada belleza, como las que ofrecen los jardines del Palacio de Topkapi, repletos de tulipanes. La ocasión coincide con el Festival del Tulipán de Estambul, un evento anual que tiene lugar en abril para rendir homenaje a la flor del país.
El país de los tulipanes
¿Sabías que los tulipanes son originarios de las estepas de Asia Central? A pesar de que siempre asociemos estas flores con Países Bajos, se cultivaron en Turquía por primera vez, a donde llegaron durante la migración turca para convertirse en todo un icono esencial en la cultura otomana. En el siglo XV, el embajador del imperio astrohúngaro en Estambul haría llegar bulbos de tulipán a Viena y a Holanda, para luego extenderse por el mundo entero.
Los tulipanes o lale –del lahle en persa- son los protagonistas de la primavera turca y decoran calles, parques, fuentes y jardines de Estambul y otros muchos rincones del país. Un símbolo que se ha convertido en el mejor motivo para viajar a Turquía en su época de mayor esplendor, la primavera.