El edificio impreso en 3D más grande de Europa

El salto técnico que estamos viviendo es inaudito. Lo último que recuerdas es imprimir tus apuntes de bachillerato en la impresora de tu casa y ahora esto: ¡una impresora que imprime edificios! Vamos a intentar entender un poquito más sobre esta revolución tecnológica, que trae cambios impensables hace muy poco tiempo y que, además, tiene pinta de llegar para quedarse.

La rapidez y la eficiencia de la impresión 3D en la construcción ha transformado nuestra percepción del desarrollo urbano. Se pueden construir ciudades enteras o edificios emblemáticos. Vivimos un nuevo hito de la técnica, de la arquitectura, del potencial creador del ser humano.

Una ola de innovación en la construcción urbana

En la pintoresca ciudad de Heidelberg, la construcción de The Wave House, el coloso impreso en 3D, desafía toda lógica, desafía los límites convencionales de la construcción, desafía lo que creíamos saber sobre el mundo y sus posibilidades. Su diseño está inspirado en las olas del mar (de ahí recibe su nombre), y es el edificio impreso en 3D más grande de Europa. Para mayor asombro, su construcción solo demoró 140 horas. El edificio tiene casi 600 metros cuadrados: 54 metros de largo, 11 metros de ancho y 9 metros de alto. El ritmo al que se construyó fue de 4 metros cuadrados por hora. No hay comparación en eficiencia. Ni siquiera una cabaña de madera podemos construir en tan poco tiempo. La impresora que hizo esto posible se llama BOD2, de COBOD International.

La sostenibilidad en el núcleo de la innovación

Además de dejarnos a todos boquiabiertos con su imponente presencia y por su increíble técnica, The Wave House destaca por su compromiso con la sostenibilidad. Construido con hormigón impreso en 3D, este edificio promueve la economía circular al ser completamente reciclable. Además, su flexibilidad permite un fácil desmontaje, facilitando la reutilización de materiales para futuros proyectos.

Una nueva era en la construcción ha llegado, y es muy posible que la impresión 3D empiece a popularizarse y democratizarse, y todo lo que creíamos saber sobre construcción y arquitectura cambie. Soplan vientos de cambio, no cabe duda, y será mejor que sepamos estar a la altura de los restos que derivarán todos estos avances y cambios tecnológicos.